Ya me olvidé del egoísmo, el ego se fue con los malos amigos y tú me recuerdas cuan viva puedo estar para los demás.
La soledad ya no me visita y yo no la extraño, ya no recuerdo su olor ni mucho menos sus penas, ya no canto con ella aunque de vez en cuando le entono alguna canción para que sepa que algún día la iré a buscar.
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