carnaval

Se necesitan cervezas (para en un momento mirar lo visto dos veces), marihuana (para volar), buena compañía (siempre es mejor compartir), música (de preferencia músicos), para que la vida se vuelva un carnaval y casi perfecta.

la otra

Se le entregó en cuerpo y alma, camina de su mano sin soltarla, se le cambiaron los amigos y la familia, la panza le crece y le salen crías, la mamá ya no le hace la comida, plancha sus camisas y él llega tarde. Esperanzada en el domingo libre hace un almuerzo con sabores a su gusto y él con la excusa de que llegará tarde. Hoy no vendrá a comer... Ella baña a la niña, la lleva a control, le cambia los pañales, la amamanta y él exhausto se estira en la cama sólo para dormir. Ella se guarda sus ganas de ser abrazada y besada, de sentirse adentrada en su cuerpo y tomada de su mano sin soltarla. No pierde la fé y se duerme más tarde por si el cansancio es vencido por la pasión, pero se siente el ronquido fatal, ella cierra los ojos y dice, mañana será mejor...

Si huviese pensado como pienso ahora en ese momento, si la valentía huviese sido característica mía, lo más probable es que esta narración no empezaría así. Tarde fue cuando me dí cuenta de que la vida era en ese momento, con el mar cantando para nosotros, el sol que nos iluminaba para poder mirarnos aveces tímidos y esa noche que se aproximaba para que los miedos se fueran a dormir exaustos de trabajar. Me equivoqué, la narración no tenía que empezar así... si tan sólo ese mareo en la noche huviese llegado despues del vino, no estaría leyendo cartas de lo que no fue, las poesías serían hechos y las canciones tendrían sentido, la guitarra me gritaba en su vibración... la narración no tenía que empezar así... ahora, ahora que lo proceso, la narración no tenía por qué terminar así.