El olor a incienso me pilla por asalto, un aroma conocido me recuerda impaciente mi pasado, ese tiempo cuando corría al bazar a comprar algún material para hacer una maqueta. Cómo me gusta ese olor... qué feliz era cuando entraba con calor luego de la incesante maratón en donde competía con mi marca anterior, de repente con un perro, otras con el piñen de mis pies. Lo guardaría en un frasquito para que cuando se acabe haga escapar un hilo perfumoso, que te envuelva bondadoso y nos abrace mientras yo te hablo de mi recuerdo.
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